Las mujeres fueron una parte esencial en las revoluciones de la Primavera Árabe, esto tomó por sorpresa a ciertos regímenes autoritarios que creían que las mujeres seguirían siendo prudentes y sumisas, quedando al margen de estas revoluciones. Sin embargo, su participación en las protestas de 2011 demostró al mundo entero que ellas también son capaces de llevar a cabo una revolución y luchar por lo que quieren, incluso en el Mundo Árabe, poniendo de relieve la gran importancia del papel que podían desempeñar en la lucha contra el exceso de corrupción, nepotismo, etc. Por ello, podemos asegurar a ciencia cierta que fueron los jóvenes y las mujeres quienes llevaron a cabo la Primavera Árabe, realizando numerosos sacrificios y pagando incluso con su vida tanto durante como después de los levantamientos.
Al igual que los jóvenes de estos países, las mujeres eran quizás las víctimas más afectadas por los corruptos regímenes de sus países, que no las tenían en cuenta y no demostraban respeto por la dignidad humana, llegando incluso hasta negarle tanto su libertad como la igualdad de derechos y libertades fundamentales. Por tanto, eran las que más necesitaban este cambio.
Aunque su participación en las manifestaciones durante la Primavera Árabe fue muy destacable, actualmente nos encontramos con que las mujeres se encuentran relegadas a un segundo plano en la mayoría de los acuerdos políticos y a nivel de los gobiernos su figura sigue siendo poco destacable. Por ello, es posible que la poca participación de los jóvenes y de las mujeres en los Gobiernos de transición tras la Primavera Árabe, sea consecuencia de unas revoluciones bastantes incompletas. Pero, desde entonces, ellas han intentado hacer todo lo que ha estado en su mano para poder respaldar estas transiciones democráticas, participando de forma activa y masiva en todas las elecciones que se han sucedido desde entonces. Sin embargo, el proceso político y el gran avance de la mujer llegaron a su máximo esplendor durante estas revueltas, desgraciadamente desde entonces han ido perdiendo fuerza. Probablemente, esta perspectiva seguirá existiendo hasta que tanto las mujeres como los jóvenes creen nuevos partidos políticos en los que se tengan en cuenta sus opiniones.
Por ello, no podremos hablar de los derechos de la mujer sin hablar antes de los derechos humanos. Actualmente, incluso en los países más desarrollados existe desigualdad, pero en el Mundo Árabe es aún mucho más complicado, por tanto, las mujeres solo estarán reconocidas con igualdad ante la ley en los países de corte democrático y que garanticen tanto los derechos como las libertades de todos los ciudadanos. La batalla que tienen que librar las mujeres hoy en día no debería ser personal, debería de ser de toda la sociedad en su conjunto, liberándolas del miedo, la tiranía y la pobreza.
En la actualidad, las mujeres de los países de la Primavera Árabe, con la excepción de Túnez, están pagando duramente por haberse alzado en favor de la democracia y del cambio, hay quien considera que el deterioro de la situación de las mujeres es el resultado de las contrarrevoluciones que han utilizado distintas formas de violencia armada, expropiación y represión contra ellas. Aunque los contrarrevolucionarios decidieron que las mujeres debían ser castigadas por su papel en estas revoluciones, lo que no esperaban los éstos es que ellas eran más fuertes y no se iban a rendir tan fácilmente. En el caso de Yemen, actualmente controlado por la milicia ideológica huzí, son las mujeres las únicas que organizan sentadas y manifestaciones de protesta, lo que demuestra a los líderes políticos y al mundo entero que van a seguir luchando para poder alcanzar su libertad. En la República Árabe de Siria, las mujeres se mantienen fuertes e inquebrantables en su lucha contra el extremismo y la tiranía; en Egipto denuncian la falta de derechos y libertades fundamentales bajo gobierno militar. Estos ejemplos nos demuestran que, tras la Primavera Árabe, las mujeres han cambiado, han abierto los ojos, y por mucho que se les reprima o se les intente silenciar van a seguir luchando, por ellas, por las que no pueden seguir luchando y por las que alcanzarán la igualdad, ya no se quedan en casa, ya no son sumisas, y ya no tienen que pedir permiso ni ser menos que nadie.
